En todo concierto que se precie, existe un limbo, una zona donde el tiempo corre en otra dimensión, y los segundos se convierten en minutos. Tienes tres canciones como máximo para hacer tu trabajo y salir pitando.
Mientras,en una cadencía provocada por el éxito de la banda,caen personas del cielo presas de felicidad, y dispuestas a subir al tobogán de nuevo. Es así el circo del rock..
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