It Looks Like Love





Quizá para muchos, que el calendario marque la fecha 24 de julio, sea una de las mejores razones para encontrarse o perderse recorriendo las callejas de esa zona vieja que la deseada Santiago de Compostela tiene, pero para una picheleira como la que escribe, no hay razón más contundente para dejarse llevar sobre las ruedas de un coche lo más lejos posible de mi querida metaciudad.
Con esta urgencia llegamos el pasado sábado a San Vicente do Mar. Y no sólo con urgencia sino con ganas de escuchar por segunda vez el directo del norteamericano, afincado en Valencia, Josh Rouse.


El Náutico, en San Vicente, es siempre un entorno privilegiado, tanto para disfrutar de música en directo como para dejarse llevar por el disfrute, desde la sobremesa al anochecer.
Los conciertos suelen comenzar ya bien pasada la medianoche, así que, para los todos los seguidores del nebraskeño, que poco a poco se fueron agolpando en la terraza, la espera fue de lo más dulce, gracias a la inevitable compañía de una vibrante luna llena que se reflejaba sobre el mar, completamente en calma.




La noche era perfecta y la expectación máxima, ya que después de el show que el pasado año Josh ofreció en solitario, esta segunda entrega llegaba cargada de la emoción de ver al compositor acompañado por Caio Bellvesser al contrabajo y Xema Fuertes a la guitarra y el tres, dos multinstrumentistas y vocalistas que asiduamente acompañan a Alondra Bentley en sus directos.




Hacia las dos menos veinte de la magrugada pisaba escenario el señor Rouse, enfundado en su Martin&Co 15 Series, atendiendo a las demandas de un público impaciente, entregado y con ganas de escuchar sus grandes clásicos y canciones de su octavo álbum de estudio El Turista en el que, el músico da un giro a su sonido, inspirándose en Brasil y Cuba y se atreve con temas cantados en español que, viniendo de un chico de ojos azules que construyó su universo musical en Nashville (Tennessee), ha sido una de las sorpresas y novedades de este último trabajo publicado en febrero de 2010.




El sonido del trío se antojó correcto y funcionó. Tanto los acompañamientos vocales como los instrumentales encajaron como un guante en el repertorio más antiguo y en los temas más actuales, respetando y ensalzando al máximo lo acústico, inherente en las actuaciones del norteamericano.
El show se abrió con It Looks Like Love del álbum Subtítulo (2006) como un presagio de la entrega e incondicionalidad que la audiencia manifestaría del principio al final del concierto y, durante generosa hora y media, navegamos principalmente por el universo sonoro de cuatro de sus trabajos: 1972 (2003), Nashville (2005), Subtítulo (2006) y El Turista (2010).





Hacia los treinta minutos de espectáculo ya habíamos disfrutado de clásicos como Come Back o Flight Attendant y, por primera vez, muchos experimentamos la sensación de escuchar en acústico y español Las Voces, enmarcado en su más reciente trabajo. Fue entonces, sobre el noveno tema, cuando el trío tomó la controvertida decisión de abandonar el proscenio y dejarse caer, instrumentos en mano y no en primicia, entre la centena de personas apelotonadas frente al escenario para proseguir con el show.



Lo que fue una bendición para unos, se convirtió en una maldición para otros. Encontrándome perfectamente situada en el epicentro, una pudo disfrutar de cinco maravillosos temas, de la complicidad, la cercanía y el calor.









Love Vibration, Valencia, My Love Has Gone, entre otros, fueron un caramelo para los que tuvimos la pericia de no separarnos ni un centímetro del trío, mas para los que no fueron acompañados por la destreza o la geografía, la falta de microfonía y luz hicieron del momento un interludio falto de magia e interés.






La banda volvía a escena regalándonos Sweetie, del álbum de 2007 Country Mouse, City House y entraba en la recta final de un espectáculo que culminaría con Streetlights e It´s the Nightime como bises y la colaboración de Miguel de la Cierva a la Pedal Steel Guitar.




Nos quedó muy claro que Josh Rouse continúa levantando pasiones. Este chico tímido sigue conquistándonos desde que tocó por primera vez en España en febrero de 2004 presentándonos 1972, álbum al que da nombre su fecha de nacimiento. Sus melodías pegadizas y sus dulces directos dejan indiferente a pocos y, a excepción de algún EP menos afortunado, sus trabajos han venido manteniendo un gran nivel compositivo y creativo. Esperamos que la curiosidad de este valenciano de adopción no merme y que fruto de ella, su sonido no deje de sorprendernos y deleitarnos.




http://stupidd.blogspot.com/2008/02/josh-rouse-complete-discography.html

http://indiepoppies.blogspot.com/2008/03/josh-rouse-discography.html


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